Inéditos – Armando Uribe Arce
La muerte despiadada no hace excepciones: uno
por uno nos recoge del suelo en que vagamos
como hormigones negros -cuando menos pensamos
pero en nada pensamos- cuando nos llega el turno
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La muerte despiadada no hace excepciones: uno
por uno nos recoge del suelo en que vagamos
como hormigones negros -cuando menos pensamos
pero en nada pensamos- cuando nos llega el turno
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Tu cuerpo está a mi lado
Fácil, dulce, callado.
Tu cabeza en mi pecho se arrepiente
Con los ojos cerrados
Y yo te miro y fumo
…
Mientras por competir con tu cabello,
oro bruñido al sol relumbra en vano;
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente el lilio bello;
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Si puedes conservar la cabeza cuando a tu alrededor
todos la pierden y te echan la culpa;
si puedes confiar en ti mismo cuando los demás dudan de ti,
pero al mismo tiempo tienes en cuenta su duda;
…
Con pie de pluma recorrí tu esfera,
Mundo gracioso del esparcimiento;
Y no fue raro que jugara el viento
Con la mentira de mi primavera.
…
Lento, amargo animal
Que soy, que he sido,
Amargo desde el nudo de polvo y agua y viento
Que en la primera generación del hombre pedía a Dios.
…
Ya solo en mi corazón
desiertamente he quedado;
el alma es como una nieve
extendida sobre el campo…
Que no crezca jamás en mis entrañas
esa calma aparente llamada escepticismo.
Huya yo del resabio,
del cinismo,
…
(Último poema, escrito por Sylvia Plath en la víspera de su muerte)
La mujer alcanzó la perfección.
Su cuerpo muerto muestra la sonrisa de realización,
la apariencia de una necesidad griega
fluye por los pergaminos de su toga,
sus pies desnudos parecen decir…
El mar, el mar, el mar casa invisible,
mi casa el mar, las olas infinitas;
bajar al mar una mañana siempre,
entrar en él, marino, siendo el agua
el mar el mar, la llamarada blanca
…
Yo muero extrañamente…No me mata la Vida,
no me mata la Muerte, no me mata el Amor;
muero de un pensamiento mudo como una herida…
¿No habéis sentido nunca el extraño dolor
…